El cometa 3I/ATLAS pasa junto a Marte

Silencio repentino en los canales oficiales durante el sobrevuelo de 3I/ATLAS despierta sospechas y memes a la velocidad de la luz

La NASA vive horas de confusión, desconcierto y leves tintes de paranoia científica tras un inesperado apagón mediático que coincidió con el momento exacto en que el cometa 3I/ATLAS —tercer visitante interestelar detectado en la historia— realizaba su paso más cercano a Marte.

Lo que debía ser un evento histórico para la divulgación científica, terminó convertido en una jornada de silencio informativo absoluto, donde los canales oficiales de la agencia espacial parecían haber sido absorbidos por un agujero negro… de comunicación.

Un visitante con pasaporte interestelar

El cometa 3I/ATLAS, descubierto en julio de 2025 por el telescopio ATLAS de Chile, se mueve a más de 100.000 kilómetros por hora y sigue una trayectoria hiperbólica: no pertenece al sistema solar y jamás volverá.
Hasta aquí, todo normal (dentro de lo que se considera normal cuando una roca helada de otro sistema estelar atraviesa el nuestro).

Sin embargo, la coincidencia temporal entre su sobrevuelo marciano y el repentino silencio de la NASA ha despertado suspicacias. Durante las 48 horas de mayor expectación, la agencia no publicó ni una sola imagen ni dato nuevo. Los canales oficiales se limitaron a emitir un escueto mensaje:

“Estamos experimentando una interrupción temporal en la transmisión de datos científicos. Todo está bajo control.”

Frase que, según Internet, equivale a: “absolutamente nada está bajo control”.

La explicación oficial (y la extraoficial)

De acuerdo con un portavoz anónimo —cuya voz sonaba sospechosamente como la de un becario de Houston—, la interrupción se debió a “un mantenimiento no programado en la red de retransmisión del espacio profundo”.
No obstante, filtraciones no verificadas afirman que el apagón fue deliberado: el cometa habría emitido una señal electromagnética extraña, y los sistemas automáticos de la NASA habrían entrado en “modo seguro” al interpretarla como una conexión Wi-Fi alienígena.

“Parece que el cometa intentó emparejarse por Bluetooth con la sonda MAVEN”, aseguró entre risas el astrónomo ficticio Dr. Kevin McDowell, del Instituto de Fenómenos Altamente Inexplicables (IFAI).
“Y cuando la NASA vio la notificación de ‘nuevo dispositivo detectado’, desconectaron todo por si acaso.”

Entre la ciencia y la ciencia ficción

Mientras tanto, comunidades de astrónomos aficionados afirman haber detectado patrones lumínicos irregulares en las imágenes previas del 3I/ATLAS. En redes sociales, algunos usuarios aseguran que esas luces forman las letras “HI”, lo que, según la interpretación más optimista, sería un saludo intergaláctico educado.
Otros, más realistas, sostienen que podría tratarse simplemente de píxeles aburridos.

La NASA, por su parte, ha negado cualquier indicio de comunicación extraterrestre. Pero la sospecha persiste, especialmente porque uno de los correos internos filtrados contenía la frase:

“Si alguien pregunta por la luz intermitente del cometa, di que es una cámara defectuosa. O que es Marte guiñando el ojo.”

El silencio más ruidoso del espacio

El “apagón” informativo ha tenido también un efecto colateral inesperado: los medios alternativos y los canales de YouTube dedicados a teorías cósmicas han experimentado un pico de audiencia del 300%.
En un mundo donde el silencio oficial se interpreta como conspiración confirmada, el mutismo de la NASA se ha vuelto el mejor combustible para la imaginación.

Un tuit viral resume el sentir general:

“La NASA se calla justo cuando pasa un cometa interestelar. Si eso no es el principio de una película de ciencia ficción, no sé qué lo es.”

Mientras tanto, algunos empleados aseguran que la agencia está preparando un “informe especial” con todas las observaciones, que se publicará “cuando se restablezca el acceso a los servidores”… lo cual, curiosamente, lleva ocurriendo desde 1969 cada vez que pasa algo raro.

Para terminar y por resumir

El paso del cometa 3I/ATLAS por Marte podría convertirse en uno de los fenómenos astronómicos más estudiados de la década… si la NASA consigue volver a encender los micrófonos.
De momento, la comunidad científica se debate entre la prudencia y la curiosidad morbosa, mientras el resto de la humanidad refresca compulsivamente el canal oficial de la agencia esperando una nueva actualización.

Una que, de preferencia, no empiece con “Houston, tenemos otro problema”.