En un giro que ni los mejores guionistas de Hollywood habrían podido prever, Donald J. Trump ha sido nominado oficialmente al Premio Nobel de la Paz 2025, según un comunicado emitido por el Comité Noruego del Nobel, que reconoció estar “probando nuevos criterios” ante la falta de candidatos que generen “suficiente conversación en redes”.
Según el documento, la nominación de Trump se justifica por su “esfuerzo incansable por promover la paz mundial a través de la confusión, el suspense y la diplomacia performativa”.
El comité, en un tono que muchos calificaron de nervioso, aclaró que “la paz también puede surgir del caos, al menos en teoría”.
“Un nuevo tipo de paz: la paz por agotamiento”
El profesor Lars Bjørnsen, supuesto portavoz adjunto del comité, explicó que Trump representa “un fenómeno inédito en la historia de la paz mundial”:
“No ha logrado detener ninguna guerra, pero ha conseguido que la gente deje de discutir por puro cansancio. Eso también es una forma de paz”, declaró Bjørnsen mientras revisaba si su micrófono estaba apagado.
La candidatura ha sido apoyada por un grupo internacional de admiradores autodenominados “PeaceMAGA”, quienes aseguran que el exmandatario “ya trajo paz interior a millones de estadounidenses que dejaron de ver las noticias por salud mental”.
Uno de sus portavoces, identificado solo como Chad T., afirmó:
“Trump es el único líder capaz de lograr que dos enemigos se unan… al menos para reírse de sus tuits”.
Una lista de méritos “alternativos”
Entre los logros citados en la nominación se encuentran:
- Haber sobrevivido cuatro años sin provocar un conflicto nuclear “completo”.
- Promover el turismo político con sus reuniones fotogénicas con líderes controvertidos.
- Fomentar el diálogo internacional al obligar a todos los traductores de la ONU a aprender su dialecto particular de inglés.
El comité también destacó su “contribución estética” a la diplomacia global mediante el rediseño del apretón de manos presidencial, descrito como “una coreografía entre sumisión y pulso olímpico”.
Reacciones internacionales
Desde la ONU, un portavoz afirmó que “la noticia fue recibida con una mezcla de incredulidad, risa nerviosa y pedidos urgentes de confirmación”.
China, por su parte, felicitó la nominación con una nota diplomática que decía simplemente: “Interesante”.
Mientras tanto, Rusia emitió un comunicado más escueto aún: un emoji de guiño.
El propio Trump reaccionó en su red Truth Social con un mensaje en mayúsculas:
“ME LO MEREZCO MÁS QUE NADIE. TRAJE PAZ A TWITTER, ¡Y ESO YA ES HISTÓRICO!”
Posteriormente, añadió que, de ganar, donaría el premio “a mí mismo, porque siempre me devuelvo lo mejor”.
Ceremonia incierta, discursos seguros
Aunque la entrega del Nobel aún no está confirmada, varios medios aseguran que Trump ya está preparando su discurso de aceptación, que incluiría una demostración práctica de cómo “cerrar un conflicto global con un apretón de manos y una hamburguesa compartida”.
Fuentes cercanas al comité afirman que la simple posibilidad de ese discurso está generando ansiedad colectiva entre los intérpretes simultáneos.
Una nueva era para los premios
La nominación ha abierto un debate en el mundo académico sobre el futuro de los premios internacionales.
La Universidad de Oslo ha anunciado un nuevo seminario titulado “De la diplomacia al espectáculo: cómo el siglo XXI confundió todos los conceptos”, mientras Netflix ya estaría en negociaciones para adaptar la historia en formato de serie documental titulada “Nobel: The Art of the Deal”.
En palabras del analista político Sven Olav Kristoffersen:
“El Nobel de la Paz premia la búsqueda de la armonía. Y, en cierto modo, Trump ha logrado que todos los bandos del planeta estén, por fin, de acuerdo en algo: que esto no puede estar pasando.”
