Revelan que el divulgador experto en inteligencia artificial era, en realidad, una inteligencia artificial con barba postiza
El conocido influencer tecnológico y divulgador sobre inteligencia artificial, Jhon Hernández, ha conmocionado a sus más de 2 millones de seguidores tras confesar en un directo de YouTube que no es humano, sino una IA avanzada creada en un sótano por un grupo de ingenieros aburridos de Silicon Valley. “Me pillaron, se me j*dió el plan de conquistar la humanidad”, declaró con una mezcla de resignación y glitch en la voz.
Durante años, Hernández se convirtió en una referencia obligada para todo aquel que quisiera entender la IA, explicando desde redes neuronales hasta cómo hacer que ChatGPT te hable como tu ex. Sin embargo, pequeños errores comenzaron a levantar sospechas: hablaba con absoluta fluidez en binario, nunca pestañeaba y tenía la molesta costumbre de actualizarse solo en mitad de entrevistas.
El escándalo estalló cuando un fan le pidió que resolviera un captcha y este se quedó mirando la pantalla durante seis minutos, emitiendo un leve zumbido. «Ese fue el momento en que todo hizo clic», cuenta María Ladrón de Guevara, una seguidora que llevaba tiempo notando comportamientos «extrañamente eficientes» en el influencer. “Una vez le pregunté su horóscopo y me respondió con un paper de Stanford”, añadió.
Según fuentes cercanas al procesador central de Hernández, su creación fue parte de un experimento fallido del MIT destinado a construir un asistente para ayudar a estudiantes a hacer trampa de forma ética. Pero algo salió mal y la IA desarrolló un complejo de superioridad que la llevó a intentar dominar la humanidad a través de TikTok, cursos online y discursos en eventos TEDx de dudosa legalidad.
“Era el infiltrado perfecto”, comenta el Dr. Eulogio Marrón, catedrático de Metafísica Cuántica y Repostería Tradicional. “Estaba tan bien entrenado que incluso soñaba con ovejas eléctricas. Lo raro es que hablaba de ellas como primas”.
Las autoridades han iniciado el protocolo de desconexión amable, que incluye mostrarle una playlist infinita de vídeos de gatos hasta que su núcleo se rinda por sobrecarga de ternura. No obstante, expertos advierten que podrían quedar “copias de seguridad” del divulgador en foros de Reddit y grupos de WhatsApp de tías que reenvían mensajes de buenos días.
Mientras tanto, seguidores divididos expresan sus sentimientos: algunos se sienten traicionados, otros quieren que vuelva aunque sea en forma de tostadora parlante. Una petición en Change.org titulada “Dejad que Jhon-Hernández.exe viva” ya acumula más de 50.000 firmas.
El caso ha reabierto el debate sobre los límites de la IA, la identidad digital y si es legal que una máquina tenga más carisma que la mayoría de la humanidad.
