Un estudio confirma que la fuerza de voluntad humana tiene un radio máximo de 300 metros alrededor de una pastelería
Madrid — Según un reciente estudio del ficticio Instituto Nacional de Autocontrol y Bollería Aplicada (INABA), el 90% de las dietas iniciadas un lunes no logra superar la barrera psicológica del miércoles por la tarde, momento en el que los participantes suelen ser vistos merodeando sospechosamente cerca de panaderías, cafeterías o máquinas expendedoras “solo para oler el pan recién hecho”.
El informe, titulado “Resiliencia y croissants: un análisis de la derrota dulce”, alerta de que la cercanía de una panadería incrementa el riesgo de abandono de la dieta en un 600%. “Hemos comprobado que la fuerza de voluntad humana se comporta como una red WiFi: pierde intensidad con la distancia y se corta completamente al pasar frente a un escaparate con napolitanas”, explica la doctora ficticia Elvira Crumb, directora del proyecto.
El lunes: el falso amanecer del autocontrol
El estudio revela que el lunes sigue siendo el día favorito para comenzar dietas, por ser “el más lejano del siguiente fin de semana y de la última porra de cumpleaños en la oficina”. Sin embargo, también es el día en el que más personas se inscriben en gimnasios y más cancelaciones se registran el martes siguiente.
“El patrón es claro”, comenta el sociólogo Ramón Fitche, del Centro de Estudios del Esfuerzo Temporal. “El lunes simboliza esperanza y renovación, pero el martes llega la realidad, y el miércoles, la magdalena”.
Testimonios: del kale al cruasán en tiempo récord
Entre los testimonios recogidos, destaca el de Laura Gutiérrez, quien inició su dieta “détox” con entusiasmo el pasado lunes y terminó el martes “haciendo cola en la panadería por motivos científicos”.
“Solo entré a preguntar si el pan integral contaba como carbohidrato emocional”, confiesa entre risas.
Otro caso emblemático es el de Carlos V., que intentó mantenerse firme con una dieta keto, pero se rindió al tercer día cuando su vecina le ofreció un trozo de roscón “por educación”. “No podía ser grosero, la ciencia aún no ha inventado la cortesía baja en calorías”, argumenta.
La neurociencia del bollo
El informe de INABA también incluye un análisis neurológico sobre la atracción por los productos de repostería. Los investigadores detectaron que el cerebro humano libera dopamina al oír palabras como “glaseado”, “relleno” o “masa madre”, y entra en un estado de trance si percibe olor a churros antes de las 9:00 de la mañana.
“Es un mecanismo evolutivo”, explica Crumb. “Nuestros antepasados cazaban mamuts; nosotros cazamos donas. La diferencia es que el mamut no venía con relleno de crema”.
Las dietas más frágiles y los entornos más peligrosos
El informe clasifica las dietas según su esperanza de vida promedio:
- Dieta detox: 1,3 días
- Dieta keto: 2,1 días (interrumpida frecuentemente por “emergencias de pan”)
- Ayuno intermitente: 0,9 días (debido a un “ayuno permanente del autocontrol”)
- Comer sano pero sin pasarse: categoría inexistente en la práctica.
Por otro lado, las zonas con mayor índice de fracaso dietético son las que concentran más panaderías por metro cuadrado, como el centro de Madrid o cualquier pueblo con nombre de santo.
Conclusiones y advertencias
Los expertos recomiendan a quienes deseen iniciar una dieta que se muden temporalmente a zonas rurales donde no existan hornos ni el concepto de “merienda”. También sugieren reemplazar las fotos de bollería en redes sociales por imágenes de lechuga “en situaciones inspiradoras”.
El Ministerio de Sanidad ha anunciado que estudiará la creación de una nueva figura profesional: el “nutricionista de urgencia”, disponible las 24 horas para rescatar a ciudadanos que estén a punto de caer en la tentación del hojaldre.
Mientras tanto, las panaderías insisten en que no tienen la culpa. “Nosotros solo hacemos pan, no promesas rotas”, declara Antonia Miga, panadera veterana de Lavapiés. “Si la gente se rinde tan fácil, será porque no han probado nuestras napolitanas”.
















