El Real Madrid refuerza su plantilla con aficionados del Estrella Roja tras su ajustada victoria en Serbia
En un movimiento sin precedentes en la historia del baloncesto moderno, el Real Madrid ha decidido reforzar su plantilla no con jugadores, sino con hinchas. Tras su agónica victoria por 72-78 ante el Estrella Roja en Belgrado, la directiva del club blanco ha optado por fichar a varios aficionados serbios como especialistas defensivos.
La idea surgió durante el partido, cuando el entrenador Chus Mateo observó que ni las defensas en zona ni el marcaje individual surtían tanto efecto como los gritos ensordecedores y los cánticos al borde de lo gutural provenientes de las gradas del Aleksandar Nikolic Hall.
“Durante el último cuarto me di cuenta de que cada vez que un jugador nuestro intentaba lanzar, había un tipo en la grada que gritaba su nombre como si estuviera invocando un demonio. No fallamos por la presión del rival, sino por la acústica del alma”, confesó Mateo.
Según fuentes cercanas al club, los nuevos fichajes no tendrán ficha oficial, pero serán colocados estratégicamente en las esquinas del WiZink Center, armados con megáfonos, tambores, bengalas (solo en partidos de visitante) y una copia impresa del reglamento FIBA, por si acaso.
Uno de los nuevos «jugadores», Dragomir Petrovic, conocido en Belgrado como «El Trompetista del Terror», explicó su rol en la estrategia táctica:
“Yo me pongo detrás del banquillo rival y empiezo a gritar nombres de sus exnovias, contraseñas de WiFi filtradas y frases existenciales como ‘¿Qué sentido tiene un triple si estamos todos solos?’… Y la verdad, funciona”.
La Euroliga, sorprendida por la creatividad del club español, no ha emitido aún una postura oficial, aunque se rumorea que otros equipos como el Anadolu Efes y el Bayern de Múnich ya están evaluando hacer pruebas con ultras desempleados.
Por su parte, algunos jugadores del Madrid están preocupados por esta nueva modalidad. “Me sienta raro ver a un tipo con gorra del Estrella Roja dándome instrucciones en serbio durante el tiempo muerto. Me dijo que me relajara y que jugara como si fuera el último día antes de que me despidan de una fábrica soviética”, relató Poirier, visiblemente confundido pero motivado.
El club madrileño, que ya había innovado anteriormente con estrategias como “no hacer nada hasta el último cuarto” y “confiar en que Tavares lo solucione todo”, ahora confía en que esta nueva táctica revolucionará el baloncesto europeo. Incluso se rumorea que el fichaje de hinchas podría extenderse a otros deportes del club: ya se han avistado hooligans serbios entrenando con el equipo de fútbol y el de ajedrez sub-12.
Mientras tanto, Florentino Pérez ha declarado que esta es “una clara apuesta por la pasión, el ruido y la intimidación legalmente ambigua”.