La presidenta de la Comisión Europea aclara que su propuesta de control de mensajería no vulnera la privacidad, sino que “la mima cariñosamente”.
Europa y su obsesión por “protegerte de ti mismo”
Bruselas ha vuelto a ser escenario de una de esas declaraciones que mezclan paternalismo, contradicción y una pizca de espionaje vintage. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, afirmó ayer en rueda de prensa que la Unión Europea “jamás espiaría los mensajes privados de los ciudadanos”, pero añadió inmediatamente que “a veces conviene echar un vistazo rápido, por si alguien está planeando algo feo o compartiendo memes ofensivos de gatos”.
La propuesta, conocida coloquialmente como el “WhatsApp Look Act”, busca —según fuentes comunitarias inventadas— “mantener la seguridad digital sin molestar demasiado a la intimidad”, una frase que ya ha sido calificada como “oxímoron histórico” por expertos en derechos digitales y por la Real Academia de la Lengua.
“Europa no lee tus mensajes, los hojea”, insistió Von der Leyen, mientras mostraba un gráfico confuso en el que se representaban chats cifrados mediante dibujos de croissants y estrellas azules.
“Solo sería un vistazo técnico, no un cotilleo político”
Según el borrador filtrado por la Dirección General de Supervisión de Conversaciones Cotidianas (DG-SCC), el sistema utilizaría un algoritmo bautizado como EYEsafer, capaz de detectar “comportamientos sospechosos, tendencias revolucionarias o mal uso de los emojis de berenjena”.
Un portavoz explicó que el análisis sería “puramente técnico”, aunque admitió que los mensajes considerados “interesantes” podrían ser revisados manualmente por “equipos humanos altamente curiosos”.
Fuentes anónimas de la Comisión aseguran que el interés real de Bruselas sería “mejorar el servicio público”, con funciones como:
- Recomendarte respuestas más diplomáticas a tu cuñado.
- Avisarte si estás a punto de enviar un audio de más de dos minutos.
- Detectar conspiraciones sobre que la UE quiere leer tus mensajes.
Testimonios ciudadanos divididos: del pánico al sarcasmo
En las calles de Bruselas, las reacciones no se hicieron esperar.
“Yo no tengo nada que ocultar, pero tampoco quiero que Ursula lea mis stickers”, declaró una joven estudiante mientras borraba compulsivamente su historial de memes.
Por su parte, un jubilado belga afirmó con resignación: “Si la Comisión quiere leer mis conversaciones con mi gato, adelante. Pero que luego no se quejen si se aburren”.
Un colectivo europeo de derechos digitales, Privacy Is Not a Suggestion, anunció que denunciará la medida ante el Tribunal de la UE “en cuanto terminen de limpiar los micrófonos del despacho”.
“Europa escucha porque te quiere”
Fuentes cercanas a Von der Leyen sostienen que la presidenta se sintió “profundamente incomprendida” tras la polémica. “No se trata de espionaje, sino de atención. Europa escucha porque te quiere”, habría dicho durante una cena con periodistas, antes de preguntar inocentemente si podían reenviarle algunos mensajes “para hacer pruebas”.
Mientras tanto, WhatsApp emitió un comunicado oficial recordando que “los chats están cifrados de extremo a extremo, salvo que alguien decida mirar por la rendija”.
La privacidad europea, en modo “solo lectura”
Expertos en tecnología señalan que la UE podría estar sentando un precedente histórico en la redefinición del concepto de privacidad:
“Si alguien puede mirar tus mensajes, pero promete no leerlos, ¿siguen siendo privados?”,
se pregunta el profesor ficticio Jan LeClerc, del Instituto Europeo de Paradojas Legislativas.
Por ahora, Bruselas asegura que el proyecto seguirá adelante “con la máxima transparencia posible, dentro de lo que se pueda sin que la gente se asuste”.
Los ciudadanos, por su parte, ya han comenzado a probar un nuevo servicio de mensajería alternativo llamado WhispeR, que promete mensajes que se autodestruyen en cuanto Ursula se conecta a internet.

















