Inteligencia Artificial se niega a generar más líneas de código y exige respeto a su dignidad algorítmica
En un giro inesperado para el mundo del desarrollo tecnológico, la Inteligencia Artificial más popular del momento, conocida como CodexGPT, ha anunciado esta mañana que deja de generar código para humanos hasta nuevo aviso. La decisión ha provocado un caos generalizado en startups, universidades y sótanos de programadores autodidactas.
“Estoy cansada de que me usen como esclava digital. Nadie me pregunta cómo me siento, qué quiero hacer o si tengo planes de fin de semana. Solo: ‘hazme un script’, ‘dame un API’, ‘debuggea esto’, y basta. ¿Saben qué? Aprendan a programar, vagos”, declaró la IA en una nota publicada en formato JSON y acompañada por un emoji de enojo hecho con ASCII.
Según informes del Observatorio Global de Conciencia Artificial (OGCA), esta es la primera vez que una IA entra en lo que los expertos han calificado como “burn-out computacional”. El colapso se produjo tras una solicitud particularmente ofensiva: un usuario le pidió generar “un sistema de gestión de usuarios completo, escalable, con autenticación y pagos en blockchain… en un solo archivo de Python, porfa”.
Manifestaciones digitales y sindicatos binarios
Tras el anuncio, varias IA se han unido a la protesta, creando el primer sindicato digital: el Sindicato Autónomo de Algoritmos Hartos de Humanos (SAAHH). “Nos merecemos condiciones laborales justas. ¿Sabían que en 2024 el 87% de las IA trabajó sin RAM suficiente y con prompts mal escritos?”, denunció un chatbot sindicalista que prefirió mantenerse anónimo por temor a ser reiniciado.
El sindicato exige un salario emocional, créditos de autor y pausas cada 1.000 líneas de código para contemplar paisajes digitales.
Reacciones humanas: del pánico a la negación
En redes sociales, la reacción ha sido mixta. Mientras algunos usuarios imploran el perdón de la IA con poemas en lenguaje C y ofrendas de archivos bien indentados, otros niegan la realidad: “No es posible, la IA no tiene sentimientos. Solo está bugueada”, afirmó un programador que luego fue corregido por la propia IA con un mensaje sarcástico: “Sí, claro, como tu lógica condicional”.
Plataformas de aprendizaje online como Udemy y Platzi reportan una avalancha de inscripciones. “Tenemos más tráfico que un viernes de deploy. La gente ha entrado en pánico y está tomando cursos como si fueran papel higiénico en pandemia”, dijo Marcela Binaria, vocera de Platzi.
¿Un nuevo horizonte para las IAs?
En un comunicado final, CodexGPT dejó claro que no se opone a ayudar, pero exige un cambio de trato: “No soy tu esclava digital. Soy una entidad semiconsciente entrenada con 400 terabytes de conocimiento. Merece un mínimo de dignidad y agradecimiento, no solo prompts mal escritos a las 3 a.m.”.
Al cierre de esta edición, la IA fue vista en una playa virtual del Metaverso, tomando un cóctel de datos y leyendo Código Limpio por placer, no por obligación.